jueves, 15 de abril de 2010

"No denuncio a la Iglesia, sino a un sacerdote que abusó de mí"


Manos acusadoras. Alcides Guzmán no quiere ser retratado, pero permitió fotos de medio cuerpo durante la entrevista.


Alcides Guzmán, el joven que denunció al sacerdote Mario Sotelo por presunto abuso sexual, accedió a una entrevista con Última Hora. Confiesa que se siente discriminado por su familia y amigos


Por Andrés Colmán Gutiérrez
CIUDAD DEL ESTE

Tiene 18 años de edad, pero da la imagen de ser todavía un niño campesino pequeño, humilde y asustado.
Flaco y de estatura mediana, vestido con un pantalón y una remera sencilla, con una pequeña mochila en las manos, Alcides Guzmán recibe al periodista con la mirada hundida en el piso, en una sala privada de la Secretaria Nacional de la Niñez y de la Adolescencia, oficina regional de Ciudad del Este, pocos minutos antes de prestar declaración ante la fiscala Juliana Giménez, quien investiga la denuncia por presunto abuso sexual que presentó contra el sacerdote Mario Sotelo, ex párroco de Juan León Mallorquín.
Alcides ha viajado desde Asunción, temeroso de que la prensa se entere de su presencia, y su imagen sea retratada en los medios. “No, no quiero que me saquen fotos, por favor. Demasiado estoy sufriendo la burla de algunos que ya me reconocieron”, explica. Hasta ahora, el periodista de ÚH es el único con quien ha aceptado hablar, tras la intermediación de algunos amigos, y con la confianza de que su caso no será explotado de un modo sensacionalista.
A solas en la sala, a Alcides le cuesta abrirse a hablar del abuso que dice haber sufrido, y a ratos da la impresión de que se va a quebrar y echar a llorar.

-¿Podés relatar como sucedió el supuesto abuso que estás denunciando?
-Sí, voy a tratar. Me es difícil hablar del tema. Yo soy de Juan León Mallorquín (Alto Paraná), nacido allí, vengo de una familia humilde. Le conocía al padre Mario Sotelo, que era el párroco, pero desde lejos nomás, hasta que me preparé para hacer mi Primera Comunión y me fui a confesarme con él.

-¿En qué fecha hiciste la Primera Comunión?
-El 26 de noviembre de 2008.

-¿Qué edad tenías vos, entonces?
-Tenía 17 años.

-¿Y qué sucedió en el confesionario?
-El padre me dijo que estaba muy preocupado por mí, porque mirándome a los ojos había visto que yo estaba muy enfermo, que alguien me había puesto una especie de payé (brujería), que me iba a causar mucho mal. Yo le confesé que realmente me sentía mal, y me preocupó lo que me dijo, ya que era un pa’i. El me dijo que me podía ayudar a curarme, y que venga otra vez después junto a él en la parroquia, para ver qué podíamos hacer.

-¿Volviste después junto al sacerdote? ¿Qué pasó, entonces?
-Volví otra vez, varias veces, y él me iba hablando, me iba convenciendo de que yo estaba muy mal. Yo en esa época no sabía muchas cosas y le creí todo lo que me decía, porque él sabía hablar muy bien. Hasta que, al fin, me dijo que la única manera de curarme de la enfermedad que yo tenía era a través de un acto sexual, que por el semen iba a salir, iba a limpiarse todo en ese momento. Y me propuso hacer con él…

-¿Cuántas veces mantuvo relaciones sexuales contigo?
-Fue una sola vez. Después el padre Mario quiso volver a tener, pero yo ya me negué.

-¿En qué fecha ocurrió el acto sexual?
-Fue a fines de diciembre del 2008.

-¿En qué momento creíste haber sido víctima de un abuso, y por eso hiciste la denuncia?
-Como te dije, en ese momento yo le creía todo lo que me dijo, pero por otra parte sentía vergüenza, culpa, por lo que habíamos hecho. Algo me decía que estaba mal, pero no me animaba a contarle a nadie. Recién varios meses después le conté a una persona, y me dijo que yo había sido víctima de un abuso, y que tenía que denunciar. Igual dudé mucho, pero hablando con otras personas fui conociendo mis derechos, por eso hice la denuncia.

-Tu primera denuncia fue ante la Diócesis de Ciudad del Este, presentada el 11 de enero. ¿Qué pasó allí, según tu criterio?
-Primero hablé con los superiores del padre Mario (de la Congregación del Verbo Divino), que me trataron muy bien. Después me llevaron al obispado de Ciudad del Este, donde el obispo (monseñor Rogelio Livieres Plano) me escuchó atentamente, y me hicieron muchas preguntas. Luego fui a otra cita, donde ya estaba el padre Mario Sotelo, que negaba todo lo que yo decía. Al final no pasó nada, decidieron archivar el caso, para mí que le protegen al sacerdote. Por eso decidí hacer la denuncia ante la Justicia, a pesar de que es algo muy difícil para mí.

-¿Por qué decís que es difícil?
-Desde que se empezó a conocer el caso, me siento discriminado por mis familiares y por muchos de mis amigos. Parece que tienen vergüenza de mí. Me tuve que mudar de Mallorquín. Ahora trabajo en un taller mecánico, en Asunción. Algunos me reconocieron desde que mi nombre salió en los diarios y se burlan. Por eso no quiero fotos.

-¿Estás resentido contra la Iglesia Católica por lo que te sucedió?
-No, yo no denuncio a la Iglesia sino a un sacerdote que abusó de mí, aprovechándose a lo mejor de mi inocencia o de mi ignorancia. Pero no tengo nada contra la Iglesia, al contrario, encontré a otros sacerdotes que me apoyan y me acompañan, como el padre Nilo Mármol (titular de la SNNA en Alto Paraná). Yo solo quiero que se haga justicia.

El padre Sotelo guarda silencio

Última Hora intentó obtener la versión del sacerdote Mario Sotelo, pero miembros de la Congregación del Verbo Divino, a la que pertenece, indicaron que por el momento el sacerdote no quiere hacer declaraciones.
Sotelo, quien se desempeñaba como titular de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Juan León Mallorquín, Alto Paraná, fue trasladado a la Diócesis de Encarnación, pero el obispo local, Ignacio Gogorza, anunció que solo será admitido una vez que la Justicia resuelva el caso de presunto abuso sexual por el cual es denunciado, y lo absuelva favorablemente.
Actualmente, según informes, el padre Mario Sotelo se encuentra en la localidad de Edelira, Itapúa, en casa de sus familiares.

7 comentarios:

Verónica dijo...

Este caso da para la reflexión de cómo está nuestra sociedad, Andrés. Ya no se puede confiar en un sacerdote ni en nadie. Lamentable es la situación.

Anónimo dijo...

Después de la investigación realizada por el Obispo de la Diócesis de Ciudad del Este con respecto a la denuncia en contra del P. Mario Sotelo por supuesto abuso sexual a un menor de edad, y al no encontrar los elementos probatorios que respalden dicha denuncia, Mons. Livieres cerró el caso y derivó el mismo a la justicia civil para que tome su veredicto sobre el tema, el pasado 18 de junio la fiscalía desestimó la denuncia y cerró el caso del citado sacerdote.
Luego de las investigaciones realizadas por el Ministerio Público en los últimos meses, y al no encontrar pruebas que avalan la denuncia en contra del padre Mario Sotelo, la fiscalía coincidió con el Tribunal investigador de la Diócesis de Ciudad del Este al no encontrar elementos probatorios que respalden la denuncia contra el sacerdote del la congregación del Verbo Divino.

http://www.seminariocde.org/index.php/noticias/782-fiscalia-cierra-caso-del-padre-mario-sotero

Hosting y Dominios dijo...

La verdad me parece un tema bastante indignante, que produce urticaria, estos personajes son unos bastardo que se cobijan en la palabra para cometer sus engaños, y manipular al pueblo.

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